Más amor y menos palabras
Una reflexión de amor
De vez en cuando voy a la
estación y cojo un tren.
Sin un destino
determinado, recorro centenares y centenares de kilómetros, con la intención de
llegar a algún lugar desconocido. Para poder tener la sensación de moverme
rápidamente de un mundo a otro. Mundos diferentes entre ellos.
Recuerdo que una vez,
mientras en la estación esperaba sentado a que mi tren llegase, miraba con
curiosidad a las personas que pasaban delante de mí. Distintas entre sí, parecían
esperar algo o a alguien. Como si la vida dependiera de aquél “algo” que
debería pasar o de ese “alguien” con el que tendrían que encontrarse…
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Un
saludo
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