Una crítica sin importancia.
Lo
nuevo siempre es una versión alternativa de lo conocido, y las situaciones,
pese a su disparidad, en sustancia acaban repitiéndose.
Como
las historias de amor.
Cuando
el desastre no tiene límites, nos vemos envueltos en una nube negra, que nos
impide encontrar la salida.
Sólo
entonces, nos damos cuenta de que estamos rodeados de la nada. Sólo entonces, en ese preciso instante, como
si una pequeña luz se encendiera en nuestro interior y nos alumbrara el camino,
nos damos cuenta de la magnitud del desastre en el que hemos caído. Con ese
alguien con el que no tenemos nada en común.
A
veces la vida nos engaña. Le pedimos placer, y nos lo da, aunque acompañado por
unas “sombras”.
Pero
con el tiempo, las “sombras” dejan de ser sombras, y se convierten en realidad.
Entonces, tenemos que reconocer que esa historia de amor a la que aspirábamos,
no era más que un engaño que nos estaban jugando nuestros sueños y nuestras
ilusiones.
Y
para que no nos sintamos demasiado solos, nos regalaban la esperanza de que no
todo era tan desastroso.
Y
para hacernos caer mejor en ese engaño, nos proporcionan a alguien que
aparentemente era lo que andábamos buscando.
Esa persona encontrada por casualidad, que…
Para seguir leyendo este relato, dale a este.
y se te gusta, compártelo con tus amigos en Facebook.
Un saludo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario