El alma en el amor.
Si intentas amar sin alma, nada ni nadie, ni
siquiera tu cuerpo, te dará el placer que buscas, y tus pensamientos y tus
noches pasarán vacías y sin ti.
El alma no es materia, no es ni visible ni
tangible, y no tiene una función como la inteligencia, pero tiene la capacidad
de hacer brillar nuestro ser y de cambiarnos con su luz.
Es la parte más profunda y verdadera de
nosotros mismos, respira a través de nuestras acciones y les otorga valor, y no
se deja poseer por ninguna circunstancia que, a veces, le obligamos a vivir.
Alejarse de aquello que sorprendió a nuestro
corazón, es ofender al destino por ese mágico regalo de sensaciones que
hicieron brillar nuestra alma.
Por miedo a sufrir, o por demasiada
desconfianza, la mente construye barreras insuperables frente a lo que
sentimos, una forma de protegerse que el alma no acepta, tiene exigencias
independientes del cuerpo y de la mente, que si no se escuchan, llevan a la
infelicidad.
Conoce y se alimenta de la verdad, crece y
se comunica solo cuando llega a un estado superior a la materia, a la
banalidad, a la mezquindad, impuestas por una voluntad y una mente egoísta.
Solo si conseguimos dialogar con el corazón,
se puede acceder a la armonía de la propia alma.
La acción del alma se manifiesta en lo que
sentimos, y no en lo que sabemos decir o explicar con palabras.
A veces, vuelve a nosotros en los momentos
menos oportunos, recordándonos con quién fue feliz y con quién consiguió gozar
y sentir la vida, nunca el hombre fue capaz de describir tan bien, de forma que
todos lo entiendan, la energía que lo rodea y que se apodera de él en ciertos
momentos llenos de alegría.
El alma percibe la verdad, que no es lo que
vemos y entendemos, como afirman muchos seres simples que se refugian en
estereotipos y piensan lo que más les conviene, sino que reside en lo que
sentimos.
Cuando el amor fluye, el alma se manifiesta
ayudándonos a convertirnos en lo que estamos destinados a ser y, si sabemos
escucharla con valor y verdad y seguir sus indicaciones, incluso a obtener lo
que soñamos.
No podemos leer ciertas señales con la
inteligencia, porque ciertos pensamientos nos llegan por caminos que nunca
hemos descubierto y, a veces, se van y salen de nosotros, por caminos que nunca
hemos recorrido.
Solo abandonando lo que es superficial y
frívolo, el alma podrá comunicar su mensaje, ése es el camino a seguir si
deseamos ser felices, si queremos vivir intensamente un amor, y si queremos
crear a nuestro alrededor una energía positiva que nos transmita alegría.
Si descuidas tu alma perderás también tu
corazón, porque amar no es solo corazón, es sobre todo alma.
No puedes perjudicarla sin sufrir las
consecuencias de una ley de la vida, donde nuestra forma de actuar está
definida y dominada por el destino.
Si en la naturaleza todas las cosas son
dobles, y cada una es opuesta a la otra, asimismo el alma se opone al cuerpo, y
mientras el cuerpo busca el placer y la satisfacción del momento, el alma busca
la esencia y el placer del abismo.
Cada alma, en virtud de las exigencias que
tenga, a veces abandona el cuerpo, dejándolo solo, con sus prioridades, egoísmos
y arrogancias, mezquindades y mentiras.
Lucha con fuerza y se rebela contra cualquier
imposición para gritar la importancia que tiene en el amor, y poder transmitir
la felicidad que todos buscan, pero que pocos encuentran.
Lo que el alma siente vale más que cualquier
pensamiento que pueda contener, y si quieres entender ese pensamiento debes
escuchar tu corazón, pero tu... regateabas como un vendedor ambulante, y
mentías como un ladrón en la noche, para poder tener sin dar, ganar sin
arriesgar, amar sin verte involucrada. Nunca has conseguido entender que no se
puede tener solo un aspecto de la vida, y el agua que tú separas con las manos,
se vuelve a reunir bajo ellas.
Cuando dos almas se encuentran, ninguna de
las dos quiere dar si antes no está segura de la otra, y permanece ahí, quieta
en su lugar. Pero entonces, ¿de qué sirve el encuentro de dos mundos
diferentes, si una mente pequeña, interfiere e impide a la propia alma entender
los propios pensamientos?
El amor y la alianza de dos almas que se
observan y se estudian en esa profundidad que les une, donde las diferencias se
superan, donde los opuestos se atraen, se buscan, se completan, se aman, porque
se donan recíprocamente lo que individualmente no tienen.
El contrario del amor no es el odio, el odio
es ausencia de amor, así como la oscuridad es la ausencia de luz, el contrario
del amor es la conveniencia, es la falsedad, y los amores que nacen de una
recíproca conveniencia o de una sustitución de la propia soledad, carecen de lo
esencial, de la alegría de estar juntos.
El amor perfecto no existe, está muerto,
rancio, estancado, porque está desprovisto de lo principal... el deseo, el
temor, la pasión... Hay una fisura en cada cosa, pero es ahí donde reside el
secreto de amar.
Muchos no saben amar porque están demasiado
ocupados satisfaciendo compromisos y exigencias más bajas, y no tienen el
coraje de escuchar a sus corazones, por eso tienen prisa por obtener resultados
inmediatos.
Desde siempre, las almas débiles son
arrastradas hacia lo negativo, hacia abajo, por eso mienten y se fijan solo en
los beneficios y el resultado de cualquier acción sin entender su causa, pero
es en la causa que creó ésta acción donde reside la verdad. Son débiles, porque
tienen miedo, y a la primera adversidad huyen o buscan alternativas, creyendo
que así se protegen. En realidad, se regalan, regalan el propio cuerpo, la
propia alma, el propio ser, buscando solo una conexión con las circunstancias
más convenientes. A esto se reduce su existencia.
Las almas fuertes sin embargo, las que viven
por la verdad, aman hablar de sus defectos, y debilidades, para elevarse a un
nivel superior, es por esto que se reconocen sin haberse visto nunca y sin
haber tenido la necesidad de salir juntas.
Tu alma será feliz solo con el alma
complementaria en el momento en el que se reúna con ella, y no se trata de
estar bien con alguien, que está ahí, cerca de ti.
Es algo que no se puede explicar, porque se
encuentra en la profundidad del ser. Si tu alma no se comunica con el alma del
amado, incluso los mejores amantes y las relaciones más amistosas, se separarán
por un abismo insalvable.
El amor llega a quien sabe mirar a través de
las propias pretensiones, pero si mientes, no importa ante quién mientas, si no
se supera esta debilidad se presentará ante cualquier cosa, y te quitará la
posibilidad de explorar los rincones secretos de tu alma, y de ser feliz, y de
sentir alegría, porque condicionará tu forma de vivir, de ser, de pensar, y de
amar, y sin darte cuenta destruirás todo lo que el amor representa, buscando
solo aquello que te conviene. Te transformarás con el tiempo en un ser
mezquino, que recurre a la mentira para seguir adelante en la vida y obtener
pequeños beneficios.
A veces, para confundirte, como en una
partida de cartas, las verdaderas sensaciones y los sentimientos de amor, se
mezclan con el egoísmo y la mezquindad del momento, que te dará siempre el
argumento que necesitas para justificar tus mentiras.
Rodearse de amigos es la táctica que el
alma, sin que tu lo sepas, utiliza para alejarse de ti, que al estar distraída
por el ruido de lo que te rodean, piensas que puedes ignorar sus secretas y
silenciosas peticiones, pero recuerda... que el amor en el cuerpo es pasión, en
la mente es deseo, y en el alma es inquietud, la inquietud de amar y de ser
amada, y es el criterio de los ignorantes creer que el amor nace solo después
de una larga relación, una duradera amistad, o un intercambio de favores. El
verdadero amor, el que marca la vida de cada uno de nosotros, debe florecer con
toda su fuerza en los primeros instantes de conocernos, donde las miradas se
cruzan, donde los corazones laten, donde los cuerpos desean amarse, donde el
olor, el sabor, y el sudor de la piel se mezclan transmitiendo gozo y alegría a
tu alma, que con una sutil voz te comunica que eso es el verdadero amor, de lo
contrario no llegará nunca, ni siquiera después de una generación, y
convencerse de otra cosa, es pura hipocresía.
A menudo sucede que quien piensa, no está
seguro de pensar, el propio pensamiento ondea entre la realidad y la ilusión,
entre el sueño y la esperanza, entre la verdad y la mentira, huye y se desliza,
negándose a veces a dejarse atrapar.
No tengo miedo de la verdad, tengo miedo de
las pequeñas mentiras, tengo miedo del engaño, que todo lo que hace es confundir
las cosas y alejar la solución. Pero el engaño ante uno mismo, dicho y creído
como una verdad, arruina la vida, y entristece el alma, es el refugio de los
miserables, es mentir a la propia conciencia.
Yo busco la verdad que reside dentro de cada
palabra, de cada acción, de cada pensamiento, solo así podré ser cómplice de
una historia de amor que valga la pena vivir.
Para apreciar el justo valor de una opinión,
tengo antes que reflexionar y analizar de quien expresa ésa opinión, solo
entonces podré darle la importancia que merece.
Pero si los hechos deben pasar a través del
juicio de los demás, de la necedad de algunos, o del precipitado análisis de
otros para ser malinterpretados, no pueden contener ninguna verdad. La
superficialidad de ciertos pensamientos, la bajeza de ciertos sentimientos, los
consejos de quien no es amigo, y las absurdas opiniones que se obtienen a
menudo de ciertos personajes que no conocen ni siquiera la vida que conducen,
no hacen más que sacarte del camino.
Para saber quién eres, primero tienes que
saber quién no eres; solo así renunciarás a la ilusión de querer ser alguien
que no eres, y encontrarás dentro de ti la fuerza de tu existencia.
Es fácil vivir según la opinión de los
amigos que te rodean, pero es difícil, en medio a aquellos amigos, conservar la
serenidad y la independencia de la propia soledad. Pero quien no ama su
soledad, tampoco ama la libertad, porque solo cuando se está solo se es
realmente libre de hacer, de pensar, de ser, de poder amar.
El hombre ha nacido solo, pero no ha tenido
la fuerza de resistir su soledad, por eso ha buscado la compañía, pero la unión
que nace del miedo de la soledad y avanza por una convicción de la necesidad,
es triste, está falta de pasión, es pobre en emociones, y su existencia, dentro
de esa banalidad, se transforma con el tiempo en monótonos momentos ya
repetidos.
Te dicen que aman... pero sin amarse a sí
mismo no es posible amar.
El primer paso es amarse, de lo contrario no
se puede dar amor a los demás, porque no se conoce el significado, el peso, el
valor, no se conoce la sustancia de ese amor, y no se puede donar algo que no
nos pertenece.
A veces, dar amor sin entenderlo, es una
forma de renunciar a la propia búsqueda personal, de elevarse, de cambiar.
Entonces amar ya no es el deseo del alma, sino que se transforma en una
alternativa, una respuesta al propio egoísmo. Ya no es una virtud o un alto
mérito, sino la canallada de no haber tenido el coraje de decir la verdad.
Si quieres donar tu corazón debes antes
tenerlo, y conocer su valor, de lo contrario no puedes donarlo, si tu interior
no es rico, y tu alma no está llena de amor, no puedes amar a nadie, porque se
agotan pronto los recursos.
Existen hombres que viven en vano; ríen,
lloran, aman, y no son capaces de pronunciar ni una sola palabra de todo eso,
no consiguen transmitir ni siquiera un pequeño entusiasmo, emoción o sensación,
de lo que han sentido. No tienen ni una pizca de pasión porque no han sabido convertir sus acciones
en la verdad que solo su alma conoce.
Han pasado ante las circunstancias que se
han presentado y que le convenían en la vida, y se han aprovechado dejándose
arrastrar como ovejas y, sin ni siquiera preguntarse si eso era lo que deseaba
su alma, se han casado, han tenido hijos, y han vivido su vida escondiéndose
con miedo a confesar la verdad.
El entusiasmo de vivir un amor es uno de los
momentos donde el alma se revela, y revela su poder, por eso cuando amamos nos
sentimos invadidos por una divina presencia.
Sin el entusiasmo de amar, el amor carece de
lo esencial, ya que el alma no responde a través de las palabras, sino a través
de lo que desea el corazón.
Amar no significa hacer balance de quién
hace esto o aquello, de quién hace más o menos.
Amar es comprender que hay momentos en los
que debemos dar más de lo que recibimos, pero que habrá otros en los que
necesitaremos recibir más de lo que somos capaces de dar.
Amar es ser capaz de leer entre las líneas
de una carta las palabras que no han sido escritas, escuchando las sensaciones
que la propia alma comunica.
Solo con el corazón, podemos entender si ese
alguien que se encuentra a nuestro lado, tiene la fuerza de hacer brillar
nuestra alma, o es solo la hipócrita compañía del momento.
Pero regalar el propio corazón, así como
regalar el propio cuerpo, es perder la propia dignidad, es perder la propia
alma, es mentirse a sí mismo, y esto la vida no lo perdona.
Y el alma pregunta.
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Gracias a todos aquellos que me han permitido
hacer de mí sueño una realidad.
Gracias.