lunes, 17 de junio de 2013

El empresario y el mendigo

Eran cerca de la seis de una tarde de domingo.
Una fina brisa de aire, traía  el aroma de las flores y de los árboles, de lo que la naturaleza puede ofrecer en primavera.
El mendigo, desde hace mucho tiempo, tenia una cita con un viejo amigo, en uno de aquello parques de lo que cuando te sientas en un banco a descansar, no quieres irte nunca. Hacía mucho tiempo que no se veían.
Estuvieron a punto de encontrarse, hace años, por  una casualidad. Pero  las circunstancias cambiaron, y el destino decidió que no era ese el momento.
Aquel domingo tenían una cita para profundizar ciertos detalles que aún no habían definido, antes de  empezar unos largos viajes juntos. Estarían mucho tiempo fuera. Tendrían la  oportunidad de hablar, y de recordar las experiencias vividas cada uno de ellos.
El empresario no conocía el itinerario del viaje, pero  confiaba en el amigo, un veterano siempre dando vuelta por el mundo.
Por su forma de ser, el mendigo prefería los caminos largos y panorámicos. Aquello que lo rodeaba lo hacia sentir bien y lo ponía de buen humor. También dependía de con quiénes viajaba.  Con algunos amigos, como a él le  gustaba llamarlos, era agradable viajar, pero con otros, era realmente insoportable.Estaba seguro de que lo encontraría sentado en un banco mientras  tomaba el aire, como lo hacía todos los domingos por la tarde. Conocía sus hábitos. Habían crecido juntos. Las mismas escuelas, los mismos juegos, siempre muy cerca uno del otro. Quería darle una sorpresa, aunque imaginaba que su amigo ya había preparado todo para la salida. Se arregló como de costumbre. Salió de la casa a un ritmo lento y tranquilo.  Silbando y mirando a la gente que corría  quién sabe adónde, preocupada quién sabe con que.
Era realmente una bella tarde de domingo.
En el parque, la gente se sentaba en los bancos bajo los árboles, con el fin de contemplar las tranquilas aguas del río que atravesaba la pequeña ciudad.
Justo debajo del árbol más florido, el más bello y el más aromático de todo el parque, vio a su amigo sentado mientras lo esperaba. Quizá si el empresario se acordaba de el.
Cuando años antes, fue internado en una clínica, el mendigo se mantuvo noches enteras a su lado.
Fue un accidente en la carretera, debido a un  repentino ataque al
corazón. Estaba muy mal. Sufría. Se comprometía con el mundo entero, y juraba que cambiaría  si se salvaba la vida. A su alrededor, el mejor equipo de médicos y las mejores  maquinarias  para alejarlo de la muerte. Y en medio de tanta gente, estaba también él, su amigo mendigo.
Incluso por la noche, cuando todos se iban a dormir, él se quedaba allí, sentado en silencio, cerca del amigo empresario. Nadie le prestaba atención. Nadie lo miraba. Nadie hacia caso de su presencia. Como si no existiera.
Pero una noche, sin decir una palabra, se fue. Se acercó a una habitación contigua a la del empresario. Un conocido suyo, había sido internado en urgencias por un accidente de motocicleta. Estuvo a su lado, todo el tiempo necesario.
Pero el accidente fue mortal y el amigo sucumbió.
En los hospitales tenía muchos amigos.
Hubo un tiempo en que trabajó en un hospital noches y días. Cuando un edificio de 30 pisos con muchísimas personas en su interior, cayó al suelo, su presencia fue indispensable.
Ahora, a ver al empresario felizmente sentado en un banco, le entraba ganas de reír. Piernas separadas y estiradas que se apoyaban en los talones de los zapatos, los brazos a lo largo del respaldo del banco, con los pantalones desabrochados y la cabeza hacia atrás, no le dejaba lugar  a nadie para sentarse.
El mendigo se le acercó con paso lento y temblante.
-Hola, amigo mío, ¿cómo estás? ¿Te acuerdas de mí? Hacia  tiempo que no nos veíamos. Han pasado 15 años desde la última vez. Te veo en buena forma. Me alegro de encontrarte así... ¿cómo estás?-le dijo con una sonrisa-
- ¿Como? - respondido sorprendido-¿hablas conmigo?
Mira... -cambiando expresión en la cara- Debe de haber un error. No sé quién eres. No te conozco, o al menos no recuerdo conocerte. No puedo recordar a todos. Sin embargo, al ver de cómo te vistes, creo que nunca nos hemos conocido. Así que, ¡vete y déjeme en paz! No tengo un centavo para darte.
-Claro...es cierto. –Respondió decepcionado- Te entiendo, ha pasado mucho tiempo…no puedes recordar.
Sin embargo, no quiero dinero. No pido limosna.
Sólo tener una charla contigo antes de empezar nuestro viaje. ¿Cómo te ha tratado la vida? El trabajo ¿como te va? ¿Eres un hombre feliz por lo que has vivido? ¿Qué has hecho en este tiempo que no nos hemos visto?
El empresario dobla las piernas. Tomó una posición menos relajada. Puso las manos sobre las rodillas. Comenzó a frotarla, y sin apartar los ojos le respondió con un tono atrevido y un poco molesto.
-¡Escucha, amigo mío! No sé quién eres o qué quieres de mí. No veo por qué tengo que responder a tus preguntas inútiles y triviales. Tienes que saber... sólo para informarte,  que soy yo quien hago las preguntas a los demás, y no al revés.  Sin embargo, hoy estás de suerte. Estoy tranquilo, no tengo nada que hacer, y puedo perder un poco de mi tiempo contigo, si no comienzas a aburrirme con tus preguntas. ¿Quieres charlar? ¿Sufres de soledad? Debe ser... Tengamos una charla… sin problemas, pero luego... me haces el favor de irte. ¿El trabajo? Quieres saber cómo van los negocios? Pero digo yo... ¿Tienes  idea de con quién está hablando?  Veo que  no lees los periódicos, y que no ves la televisión. Entonces te diré...Frente de ti, aunque tú no lo sapas, hay una persona famosa, rica y conocida en medio mundo y, eso, gracias a mis intereses económicos y mis empresas repartidas por todo el continente.
-Es verdad... es verdad. Para llegar a lo que eres  has destruido todos los valores importantes de la vida. La amistad, la familia, el amor. ¿No te arrepientes de haber vivido una vida vacía y superficial? ¿Irte de este mundo sin dejar rastro de compasión o de altruismo?
¿Sin ni siquiera haber sido capaz de transmitir a los demás una parte de tu alma? Con todo el dinero que has ganado hubieras podido hacer del bien si hubieras querido.
¿Sabes que te reducirás a nada? ¿Y serás olvidado para siempre por todo el mundo?
-Mira, amigo... ahora ya está de verdad... Tus patéticos
argumentos me han aburrido. En primer lugar, he vivido…y sigo haciéndolo. Y esperamos que por mucho tiempo, ya que la vida me gusta.
A diferencia de ti… tengo  todavía muchos planes para el futuro. En cuanto a la amistad, son todos unos interesados. Por lo que, nunca he intentado hacer amigos, a revés... siempre los he evitados. ¡La familia! No te digo. Es mejor perderla. Sirve sólo para crearte problemas. Esposa, hijos, nietos...todos exigen. Hablando del amor... Bueno amigo, eso no existe. Se ve en el cine, se lee en los periódicos, pero en la realidad no hay amor. He venido solo a este mundo, y  me iré solo. Nunca he estado interesado por el amor. ¡¿Y los otros?! ... ¿los otros? ¿Quien son los otros? Existen sólo mis obreros que trabajan para mí para hacerme cada vez más  rico. No me arrepiento de nada, y después... tengo siempre tiempo para arreglarlo si quiero.
-Bueno... no siempre tenemos tiempo. De todos modos, pensaba que habías cambiado, pero veo que sigues siendo el mismo hombre, incluso peor. No lo entiendo. Pero ese incidente de hace 15 años, en el que estuviste a punto de morir, ¿no te hizo entender? ¿Cambiar? ¿Querer ser un hombre mejor? Ver, que cerca de ti existe un mundo diferente a lo que estás acostumbrado a vivir.
Si por una predestinación de la vida, estabas casi para perderlo  todo... ¿No crees que esto te haya ocurrido porque tenías  que cambiar algo de ti mismo? ¿No lo has leído como un mensaje de seguir?  ¿Que necesitas para entender que no eres  el dueño absoluto de tu vida? Ni siquiera de tu tiempo.  Pero ¿vives y existe sólo por suerte y no por  mérito?
-¿Y tu quién eres? Pero ¿quién eres para criticar lo que hago y cómo vivo? ¿Has  venido al mundo a juzgar? ¿Eres tu el dueño de mi tiempo? ¡Tu! ¡¿Vestido de esa manera?!
¡Déjeme en paz! ¡Vete! Me has cansado
Mira… que lo me pasó hace años, fue un  incidente; ocurrió porque iba demasiado rápido con el coche, y  aquel estúpido se metió en el medio. Peor para el. Pagó las consecuencias. Aquellos médicos inútiles sentenciaron muy pronto mi veredicto. Y como puedes ver, todavía estoy aquí. El mensaje de la vida, el destino, el caso, la suerte, son todas autenticas chorradas.  Y yo no creo a las chorradas. Eres tu mismo que hace tu destino. La vida te pertenece y tú haces lo que quieres. La vives como quieres. Y cuando algo pasa, no hay mensajes que exista. Tenía que suceder y eso es todo. Tú y solo tú eres  el dueño absoluto del tiempo. ¿Cambiar? ¿Me hablas de  cambiar? ¿Y qué debería cambiar? ¿Mejorar el que? Dime... dime...Eres solo un pobre ingenuo... eso es lo que eres. ¿Tendría que amar solo porque los otros me traicionan? ¿Debería ser más tolerantes para hacer que los demás se beneficien? ¿Debería  dar más confianza porque me roben?  ¿Tendría que dar más por quedarme sin yo?
- Bueno... tienes muchos, sería  imposible acabarlo.
La generosidad es una cosa hermosa. Y quizá te haga sentir mejor.
-No, no- respondió como si lo supiera todo- No, querido mío... Veo que no me conoces.  No voy a caer en estos juegos. Les dejo creer a los  entupidos.
¿Me das estos discursos para pedirme algo verdad? ¿Es así? Me he dado cuenta desde el primer momento. Sois todos iguales. ¿Me dices quién eres y qué quieres? ¿Por qué me haces todas estas preguntas? Acerca de mí, de mi vida, de lo que soy. No recuerdo haberte conocido. Empiezan a aburrirme  tus discursos de buen samaritanos... ¿Eres sacerdote? ¿Un cura? No voy a la iglesia y  no hago donaciones. ¿Qué quieres? ¿Dinero? ¿Quieres comprarte un bocadillo? ¿Una botella de vino para emborracharte?
Si no te vas pronto, voy a llamar a un guardia y hago que te detenga.
-Está bien… está bien… Vamos... No te enojes. No vale la pena. Hacia solo para hablar un poco. Pero, por curiosidad,
ahora que has llegado a ser importante, poderoso y tus cuentas bancarias tienen muchos ceros ¿qué vas a hacer con todo esto, si cuando llega la noche estás sólo en tu casa y ni siquiera tienes un amigo para hablar y compartir tus sentimientos? ¿Qué haces con todo esto dinero? ¿Para que te sirve? Has realizado promesas que no has cumplidos. Has dejado a tu familia en la pobreza, en la miseria. ¿Conoces  la palabra amor? ¿Sabes lo que significa amar? ¿Cómo puedes dormir por la noche,mientras algunos de tus  familiares esta sufriendo? Te has  avergonzado de tu padre, de tu madre, de quien te dio la vida. Te has olvidados de ellos. ¿Crees que tienen el poder de ser invencible? ¿No te da un poco de lastima? Has pensado sólo en tu vida, en tu egoísmo, en tus ambiciones. ...¿No tienes alguna vez, la sensación de haber pasado de este mundo como un don nadie?
-¿Como un don nadie? Pero escucha a este desgraciado... Un don nadie lo será tu. Mira cómo te vistes, mírate en el espejo. Eres patético, feo, sucio. Y dices cosas que no tienen sentido. Parece la copia de mi madre o de mi padre. Ellos, también, con sus sermones, de como debemos ser y de cómo nos  debemos comportar. Me  llenaban la cabeza con estas tonterías. ¿Y qué hicieron en la vida? Nada...no han tenido nada. Morir sereno nada más. No han llegado en nada. Igual que tú, estoy seguro. ¡El mundo! mi querido amigo, lo hacen los  hombres como yo, y no como tu, que  pierdes el tiempo hablando. ¿Y sabes qué? ¿Sabes que te digo? Si quiero cambiar siempre puedo hacerlo.
Pero ahora, me has aburrido. O me dices quien eres  o yo me voy. Ya he perdido demasiado tiempo para responder a tus preguntas sin sentido. Ya no me divierte hablar contigo.
-¿Sin sentido?.. Bueno, amigo mío...- le dijo con una expresión seria en la cara- ya son las 20.00 y el tiempo  ha terminado. Y es justo que te diga quien soy. No tienes más tiempo a tu disposición, ni yo tampoco.  Tenemos que salir y comenzar nuestro viaje. Y en cuanto al paraíso,  creo que por esta vez tendrás que olvidarte de él.
-¿No tengo tiempo? ¿Hablas conmigo? Tengo todo el tiempo que quiero, y no va a ninguna parte. ¿Que es esta historia del viaje? No tengo que viajar a ningún lugar, y menos, con un mendigo como tú. Y del paraíso... - le dijo, riendo  de manera forzada y ruidosa- no me importa nada. Lo decía  sólo para decir. Existe también el purgatorio que me espera.
-Ahora eres tú que no has entendido. Además del Purgatorio, hay algo peor. El tiempo ha terminado, es hora de ir.
-¿Pero tu quien eres?
- No aviso cuando llego, y no tengo sitio ni en el  paraíso ni en el purgatorio por personas como tú. Soy la muerte.
Y el alma pregunta.

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